La Granada extremeña

Granadilla ha sufrido más de un agravio con el paso de los tiempos. El más sonado fue la obligación de aplicar el diminutivo a su topónimo para evitar confusiones con la recién conquistada capital del reino nazarí; pero fue peor la inundación de su término en los sesenta, cuando se construyó el embalse de Gabriel y Galán: la dejó sin habitantes. Para más inri, el municipio que había dado nombre a la comarca fue disuelto y sus tierras repartidas entre las antiguas pedanías.

Son los inconvenientes del progreso, que, a veces, exige sacrificios en provecho de la tribu. Ahora, las puertas de la muralla se abren (según horario) para recibir a los viajeros interesados en dar una vuelta por esta impresionante villa medieval, vacía y primorosamente conservada, que fue declarada Conjunto Monumental Histórico Artístico en 1980.

Si las imágenes te resultan familiares a pesar de no haber estado nunca por allí, será porque has visto “Átame”, la película de Pedro Almodóvar. Granadilla es el pueblo que visitan los protagonistas por ser lugar de nacimiento del personaje que interpreta Banderas. Junto a sus muros da comienzo la famosa escena final en la que suena una canción que viene al pelo: “Resistiré”.