A la lideresa se le llenaba la boca presumiendo del moderado déficit de su Comunidad Autónoma y aprovechaba para meter el dedo en ojo ajeno (“los madrileños hemos tenido un Gobierno más sensato”).
Hasta que revisaron las cuentas de 2011 y aparecieron 2.000 millones de euros sin contabilizar. Con ese retoque, el déficit alcanzó el doble de la cifra adelantada y superó el tope marcado por el Gobierno central.
—————