La tumba de Jim Morrison

17.08.2013 00:00

La mayoría de los turistas que andorrean por ecementerio Pére Lachaise de Paris buscan la sepultura de Jim Morrison, el cantante de los Doors que llegó antes de tiempo; por eso, la mejor manera de encontrarla es seguir el reguero de gente. Si es que no hay entierro. No obstante, en el quiosco de la entrada venden planos que indican su ubicación

La tumba de Morrison es muy sencilla, como lo era la arquitectura de principios de los setenta, y consiste en un bloque de granito sobre el que los admiradores continúan depositando flores a pesar de que hace más de cuarenta años de la muerte de su ídolo. 

Lo malo es que dejan también una infinidad de pequeñas ofrendas que parecen sacadas del escaparate de un todo a cien y acaban componiendo un conjunto bastante horterilla.

El epitafio, "KATA TON DAIMONA EAYTOV", está escrito en lengua griega y vendría a significar: “frente a sus propios demonios”. La verdad es que habría que felicitar a quién lo escogió, pues resulta muy adecuado para un artista consumido por la llamarada de su propio genio.

Sabes que el día destruye la noche
y la noche divide el día.
Traté de correr.
Traté de esconderme.

¡Cruza al otro lado!

Perseguimos nuestros placeres aquí,
enterramos nuestros tesoros allá,
pero, ¿recuerdas todavía

cuánto tiempo lloramos?

¡Cruza al otro lado!

 
Break On Through (To The Other Side)

 

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