El almacén de Pompeya

Para sorpresa de los recién llegados, la mayoría de los visitantes del ágora de Pompeya se concentra junto a unos porches que resguardan miles de objetos arqueológicos en espera de mejor destino. De ellos, los más llamativos son los restos de los antiguos habitantes de la ciudad, que aparecen en la postura en que fueron sorprendidos por la erupción. Algunos, como se aprecia en la foto, quedaron en cuclillas, protegiéndose las vías respiratorias de la lluvia de cenizas volcánicas.

No obstante, nos encontramos en el país que inventó la palabra morbo, por lo que conviene aclarar que se trata de modelos obtenidos al rellenar con yeso los huecos dejados por los cadáveres en los materiales en que quedaron enterrados, ya que los cuerpos fueron consumidos por el abrasador flujo piroclástico que se derramó por las laderas del Vesubio el 24 de agosto del año 79.